El concepto tomado para desarrollar el proyecto se basó en el número 3 el cual representa (entre otros) los periodos de Fe que describe la biblia. El triángulo, figura geométrica con mucha fuerza y simbolismo fue el eje fundamental para la composición del diseño ya que este se repite 3 veces en la propuesta arquitectónica.

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En el aire se conforma la cruz, esta delinea su silueta sobre el lado recto de un triángulo de 8 metros de altura el cual se erige sobre la planicie del lugar, en la tierra también se repite esta figura y allí se encuentra la plazoleta donde se realiza la ceremonia religiosa y un juego de mobiliario para exterior no ortogonal enfoca sus visuales al altar al celebrarse la ofrenda religiosa y donde en el momento en el cual no se rinde culto las personas pueden sentarse, observar el paisaje y dar paso a la reflexión...es un lugar para la contemplación e introspección. 

 

Del espejo de agua sobresale una estructura en hierro de forma triangular compuesta por vidrios y espejos separados entre sí los cuales reflejan tanto el entorno como la capilla de manera fragmentada creando un mimetismo de la construcción con su contexto.

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La iluminación traza sutilmente la silueta de la cruz y alumbra con ligereza el espacio concebido, bajo la superficie de agua unos focos resaltan el movimiento de las ondas indicando el límite físico de la capilla. El concreto, la madera y el hierro son los materiales y revestimientos que terminan de recrear y ambientar el proyecto y conjuntamente con el diseño propuesto otorgan esas características de levedad y fluidez, términos que también fueron en principio una de las particularidades que integraban el todo del concepto arquitectónico.