La reflexión continua en la fase de desarrollo de nuestros proyectos de diseño y construcción siempre nos invita a considerar el verdadero propósito y el significado profundo de nuestra disciplina y profesión. Nos lleva a explorar el impacto de la arquitectura en la sociedad, en el medio ambiente y en el individuo. Nos hace cuestionar si nuestras construcciones son sostenibles y beneficiosas para la comunidad, si están en armonía con el entorno y si satisfacen las necesidades y deseos de las personas.
Encontrar “la sustancia y/o esencia” de cada proyecto nos conduce a generar estéticas, atmósferas, ambientes y así hallar su capacidad para transmitir, inspirar y emocionar. Repensamos una y otra vez sobre como cada uno de nuestros diseños y materializaciones de los mismos llegan a ser fuente de gozo y de felicidad para los demás, aporte a la sociedad y reflejo de nuestro espíritu e identidad.
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